La decisión del Gobierno de vetar la opa de la compañía húngara Magyar Vagon sobre Talgo ha puesto en alerta a la industria de la automoción española, que cuenta con una presencia destacada en Hungría y que podría sufrir ahora represalias. El año pasado las exportaciones españolas al país centroeuropeo se elevaron a 2.067 millones de euros, correspondiendo más de un tercio del importe total a la venta de vehículos y componentes para la automoción. Pero es que además, hay cuatro compañías especializadas en el sector –Gestamp, Antolín, Segura y Cosmos– que tienen directamente plantas allí.
Gestamp lleva presente en Hungría desde hace dos décadas tras la compra de la filial del grupo Esmar, que se instaló de 2000 en la localidad de Mor, con la construcción de una fábrica para realizar la estampación de carrocerías para vehículos. Antolín, por su parte, contaba hasta ahora con dos plantas, una en Esztergom y otra en Kecskemét. El pasado mes de julio, sin embargo, vendió el negocio de recubrimiento de maleteros y suelos, que incluía, entre otras, la fábrica de Kecskemét, a la empresa navarra Cosmos.
Segura, por su parte, cuenta con planta de componentes para el automóvil desde el año 2008 en una superficie de más de 100.000 metros cuadrados en Szolnok. Desde esta posición, al encontrarse en el centro de Europa y con frontera con un total de siete países diferentes, la filial pretende, según explica el grupo, "tener una mayor presencia en el contexto europeo, tanto actual como futuro".
La apuesta por el motor
El país centroeuropeo es uno de los que más fuerte ha apostado por atraer este tipo de industrias, pese a no haberse caracterizado por ser un gran productor de vehículos. En su territorio se encuentran fabricantes como Audi, Mercedes-Benz y Suzuki, pero también firmas centradas en la producción de vehículos eléctricos como la china BYD, llamada a ser la competencia directa de Tesla, que se ha decantado por establecer su primera factoría europea en Szeged, en el sureste del país, y el Grupo BMW, que fabricará sus vehículos eléctricos en Hungría a partir de 2025.
El problema de fondo está así en que, aunque el Gobierno de Budapest está interesado en que el sector siga creciendo, el primer ministro, Viktor Orbán, podría adoptar represalias contra las empresas españolas ante la prohibición de que Magyar Vagon pueda comprar Talgo. En Hungría estaba presente también la empresa de logística de vehículos terminados aragonesa Sesé, pero en octubre del año pasado vendió esta división a Noatum, una firma multinacional de transporte marítimo y logística integral, propiedad de AD Ports Group, controlado a su vez por el fondo soberano de Abu Dabi.
El fabricante ferroviario
Más allá de las automovilísticas destaca también la presencia de otro fabricante ferroviario, CAF, que tiene actualmente en vigor un contrato para el suministro de tranvías en Hungría, firmado en marzo de 2023 con el operador BKK (Budapesti Közlekedési Központ). La compañía vasca firmó en 2014 un primer contrato con BKK, que comprendía el suministro de 37 unidades con la opción de incrementar el número de las mismas en futuras ampliaciones, tal y como se ha hecho hasta ahora en sucesivas ocasiones. La última contempla 31 tranvías más, 26 de ellos formados por cinco módulos y otros cinco de nueve módulos, cuya entrega irá acompañada de equipos y servicios adicionales.
Desde la empresa que dirige Javier Martínez Ojinaga aseguran que sus negocios en Hungría "siguen su curso con normalidad" y apuntan que no temen por la continuidad del contrato, porque se trata de un cliente de hace años, recordando, de hecho, que un gran número de trolebuses -más de un centenar- de Solaris, filial de CAF, operan hoy día en Budapest. El problema es que si la tensión comercial entre Hungría y España va a más la situación puede cambiar. Ante todo ello, y sobre los rumores sobre su posible entrada en la puja por Talgo, CAF ha manifestado en varias ocasiones que no contempla esta opción, postura que sigue manteniendo en la actualidad, tratando de desvincularse así del conflicto abierto.
En Hungría destaca asimismo también la presencia de Iberdrola y Acciona, que tienen parques eólicos; de FCC Medioambiente, de Fluidra, de las cadenas textiles Inditex y Tendam, de Vega Sicilia, que cuenta con una bodega en Tokaj, y de cadenas hoteleras como Eurostars, del grupo Hotusa, Zenit o NH Hoteles. En total hay más de cincuenta empresas españolas y en Hungría, aunque de acuerdo con los últimos datos disponibles, la balanza comercial es favorable al país magiar, que el año pasado aumentó sus ventas a España un 2,4%, hasta 3.386 millones de euros.
España es, en concreto, el noveno destino en el mundo de las inversiones húngaras, representando un 4% de todo el capital de dicho país en el extranjero. Entre las inversiones más significativas destaca Gedeon Richter Ibérica, la filial de un grupo húngaro especializado en fertilidad y salud de la mujer.
La mayor inversión húngara es una farmacéutica
La empresa de origen húngaro que tiene mayor presencia en España es Gedeon Ritcher, una farmacéutica especializada en tratamientos para la salud de la mujer. La compañía llegó al país en 2006 y tiene su sede central en Barcelona, si bien también posee oficinas en Madrid.
En 2017 se añade una nueva unidad de negocio en Fertilidad, gracias a la adquisición de la compañía suiza de biotecnología Finox Holding. En la actualidad la compañía fabrica más de 200 medicamentos, entre los que se incluyen originales, genéricos y licencias que proporcionan tratamientos para la mayoría de las áreas terapéuticas mencionadas. En España están adscritos a la patronal Farmaindustria y comulgan con el código de Buenas Prácticas del sector.